jueves, 10 de marzo de 2022

Despedida

 Hay personas que de tan luminosas te siguen alumbrando por años, aunque ya no compartas el trato cotidiano. Marian era así para mí. Después de vernos casi todos los días por alrededor de cinco años, solo hablábamos dos veces por año. A veces un largo café, a veces -en pandemia- una larga llamada telefónica. Sin embargo, en el minuto en que empezábamos a charlar, era como si nos hubiéramos visto ayer mismo. Y también, no solo el momento de la charla, su presencia en mi vida es constante porque aprendí tanto con ella y nos divertimos y crecimos profesionalmente, estudiamos juntas la especialización y no son solo las anécdotas de una etapa de la vida, es un lazo que construimos y sostuvimos a través del tiempo de distintas formas. Mariana fue mi primera jefa en el área editorial y yo fui su primera editora. Entré a reemplazarla a ella misma, cuando Canela se fue de Sudamericana y Mariana pasaba a estar a cargo y yo a hacer lo que antes hacía Mariana. Fue mi mejor jefa también. Tan pero tan generosa con todo como rigurosa para el trabajo. Y fue mi compañera de estudio, y fue mi amiga y consejera. Nos reímos tanto. 

No sé cómo se despide a alguien que sigue en tu vida, en lo profundo de tu ser, que te ayuda a través del tiempo y la distancia, de las cosas de la vida, a ser parte de lo que sos. 

Tengo la fortuna de haberla encontrado en mi camino. Me acuerdo perfecto del día en que nos conocimos y de la primera conversación. Y también de la última. Y por suerte, también muchas en el medio.

Sin Mariana, sin la luminosidad de Mariana yo no sería la misma profesional ni la misma persona que soy hoy. Así de potente, después de casi veinte años de nuestro primer encuentro, no puedo imaginar un mundo en donde no esté Mariana para charlar, para reirnos, para chusmear, para consultarnos cosas, para pensar en voz alta juntas. No puedo imaginar un mundo sin Mariana porque espero que Mariana siga presente en todo lo inmenso que nos dio a tantas personas queridas, en toda la luz que compartió con nosotros este tiempo. 

***

No tengo una foto juntas para poner, como de tantos buenos momentos que ni se registran porque parecen para siempre. Espero que me perdonen la parrafada sin imagen, en estos tiempos apurados. Gracias por estar del otro lado y leer. 

A Mariana Vera. Gracias por todo. 

2 comentarios:

  1. un abrazo, nat. Compartimos la tristeza y el privilegio de haber compartido camino con Marian.

    ResponderEliminar
  2. Bello! Me encantó conocer esta historia de amor y amistad!

    ResponderEliminar