sábado, 31 de diciembre de 2022

Balances y deseos

 

Cierro el año escribiendo mucho y trabajando en cosas nuevas para el 2023. Estoy haciendo un concienzudo balance del año que termina y una modesta proyección de objetivos para el que viene. En las dos listas hay cosas que se repiten: acompañarnos, hacer cosas lindas, mirar mucho, estar presente, agradecer, equivocarme y volver a intentar, buscar espacio para lo nuevo, seguir aprendiendo. Corresponde lo cursi. 


Hubo proyectos que pensaba hacer este año que fueron reemplazados por otros, postergados, pero no abandonados. Algunos tienen que ver con la cerámica, otros no. Algunos lograré para el año que viene y otros no. Si algo aprendí es que todo lleva su tiempo y eso es bueno. Me gustan las.cosas que llevan su tiempo. Aunque no siempre me gusta que el tiempo pase, es verdad. Suena contradictorio tal vez. No me molestan las ideas contradictorias tanto como en otras épocas. Eso es, seguro, gracias al tiempo que pasa. Y conste en actas que hoy brindo no por el tiempo que pasa sino por la suerte enorme de todavía poder estar pasando en el tiempo y seguir teniendo proyectos.

Me quedo con las cosas buenas, con las cosas difíciles y con las cosas tristes que pasaron este año. El año que viene traerá cosas buenas, cosas difíciles y cosas tristes también.

Me propongo mientras tanto la intención de cuidar muy bien hacia dónde va mi atención, cómo paso mi tiempo. Porque, como dijo Annie Dillard, "cómo pasamos nuestros días es cómo pasamos nuestras vidas".

Chin chin.


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