El domingo a la mañana tengo la vieja y sana costumbre de revisar y leer blogs. Empiezo, por supuesto, por Post Secret, como ritual desde hace ¿diez años? No tengo noción del tiempo de los blogs. Otra parada obligada es Brain Pickings, además de recibir su boletín y seguirlo por las redes, me gusta entrar al blog, que es como llegar a una galería que cambia todo el tiempo de muestras, pero que son todas interesantes siempre. Y si no me quedo ahí leyendo largo y tendido, después recorro lo que el lector de feeds tenga para ofrecerme, un poco por encima.
El domingo anterior no sé por qué no lo había visto, pero hoy me puse al día y me encontré con un texto de Maria Popova que era todo lo que necesitaba leer: una reseña y reflexión a su estilo de un libro de una poeta y alfarera sobre la relación entre centrar y la vida. La poeta es M. C. Richards, yo no la conocía, pero parece que es famosa por sus clases de arte. Ahora quiero leer y ver todo lo que hay de ella.
Centrar es lo primero que hay que hacer en el torno, para después hacer algo. Ya hablé otras veces por ahí de lo parecido que tiene para mí tornear con yoga y con la meditación. Cada vez me convenzo más. Estos últimos meses ando con mucho trabajo de escribir y eso significa hacer menos cerámica de lo que me gustaría (y menos yoga también). Es una etapa, espero. Y está muy bien mi trabajo de escribir, además, no me quejo. Pero cuando llega el viernes que es el día de mi clase de cerámica, entonces no hay excusas de trabajo para no ir al taller, me lleva una especie de electricidad, de subidón, como dicen los españoles, que no sé, si se pudiera envasar y transmitir, iluminamos Buenos Aires a fuerza de entusiasmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario