El problema no es la diferencia horaria si no la diferencia de estación. De ventiladores y aires acondicionados a estufas y chimeneas encendidas. De sandalias a botas, de soleros a poleras...
Hoy, en vez de tomarme los dos buses como me indicaban, caminé el trayecto de uno, a la ida y a la vuelta de la biblioteca. No llueve, pero está helado. Me resultaba impensable hace una semana usar bufandas, extrañar mi gorro y mis guantes (que tendría que haber traído!). Caminaba, decía, y se me helaban las manos, se me humedecían las botas en el barro, en medio de este paisaje invernal de altos árboles sin hojas y con cuervos que graznan.
Supongo que este invierno repentino para mí ayuda a la sensación de irrealidad que me da este bosque, este lugar en donde las calles dan vueltas y la gente habla raro. Extraño placer de caminar en medio del frío, a otro ritmo. ¿Será que lo irreal es el subte y el apuro caluroso de Buenos Aires?
Todo está perfectamente señalizado. En dos días aprendí (bueno, me enseñaron, claro) a arreglarme con el transporte urbano bastante bien, y no por mérito, es que todo se anuncia con tiempo y la gente, además, siempre está bien dispuesta a orientarme. Por la noche, me suena en la cabeza el acento local, como si hubiera entendido lo que decían, lo que sonaba por ahí. Da la sensación -por una milésima de segundo- que puedo abrir la boca y decir algo en correcto alemán. Sin embargo, sé que es el mismo efecto de las canciones que uno tiene pegadas, que para adentro suenan afinadas y al cantar se demuestra la verdadera aptitud de las cuerdas vocales, o cuando quiero dibujar algo que veo tan claro pero la mano se rebela. ¿Empezaré a soñar en este falso alemán?
Hago las compras en un mercadito. Miro con atención los envases y muchas marcas me resultan conocidas. Pero lo mejor son las pequeñas diferencias en las góndolas, lo difícil de reconocer. Hay sectores que tengo que observar más en detalle para entender qué tienen. Los tomates están carísimos y son pequeños, vienen de Italia. Por un momento dudo de si lo que estoy viendo es dulce o salado. Está entre los lácteos, puede ser un postrecito o un queso untable. En el fondo, me da igual. Que me sorprenda.
Buen apetito. Y que disfrutes tu estadía por allá. Y sigue contándonos. Es un gusto leer tu prosa de viaje. Abrazo.
ResponderEliminarNo es como los cassettes esos viejos que te enseñan idiomas mientras dormis? por las dudas deja alguna radio prendida.
ResponderEliminarSiga viviendo y disfrutando, sea sueño o no! Un placer leerte.
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