martes, 27 de febrero de 2018

cero a mil

Apretás el botón del ascensor y no arranca. Pensás: bueno, llegó la revolución de las máquinas, ayer le sacaste la lengua al espejo, este ascensor te odia, te va a hacer sufrir en su camino a la liberación. Y te das cuenta de que aprestaste el botón del piso en que estabas.

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