Todos sueños prácticos esta mañana: una amiga me prestaba un celular que andaba para reemplazar mi aparato que no anda desde hace un par de semanas, resolvía unos asuntos laborales, elegía y compraba unos regalos que debo y encontraba las palabras que me faltan.
Claro, después me desperté y nada de eso había pasado en realidad. Como en los finales torpes de algunos cuentos.
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