sábado, 14 de mayo de 2011

Fin de fiesta

En unos pocos minutos salgo para el aeropuerto y emprendo el largo camino de regreso a casa.
Pero es imposible hacer balances, y también innecesario, supongo, porque fui volcando en este diario bastante de lo que pasó y pensé en este viaje.
Hoy fui a saludar a mi amigo al hospital (¡sigue internado!) y nos decimos, claro: chau, nos vemos pronto. Sabiendo que con estas distancias nunca hay pronto. Después caminé un buen rato bajo el sol fuerte ya de la primavera que avanza y a regañadientes, una vez en el hotel, me cambié los zapatos frescos por botas, resignada a viajar hacia el frío.
Pienso ahora, como pensé con cada cosa que disfruté durante el viaje, que esta caminata por la ciudad llena del perfume de los paraísos en flor es de las mejores cosas.
Y hubo tantas mejores cosas que ya perdí la cuenta, pero sé que me las llevo puestas.

1 comentario:

  1. Maravilloso, eso de llevarse puesta la vida!
    El perfume de los paraísos en flor es de las mejores cosas... bellísima imágen!
    (Insisto y no soy la única) todas esta memorias a edición!!!!

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