Breves teorías al paso

Mi amigo está internado desde el jueves, así que definitivamente sigo paseando sola.
Estos días incluyeron un reencuentro con una excompañera de un extrabajo que está viviendo en Barcelona y fue como si nos hubiéramos visto el viernes anterior. Esa cosa de mujeres de encontrarse y hablar y hablar y hablar de veinte mil cosas a la vez y como si nada pasar de un tema a otro con total naturalidad y confianza. Es para ir tomando el paso a la conversación fluida en porteño.

También para ir tomando el paso: el sábado vi un robo, hice media hora de cola para entrar a un museo que sé, bueno, he visto cosas mejores, y después el subte estaba con demora por no sé que.
Llovía y yo gasté mucha plata. Me doy cuenta de que cuando llueve tengo más tendencia a comprar. Será porque no da para sentarse en una plaza a nada y es mejor meterse en los negocios, no sé. Además, me agarra el apuro de que ya queda poco y empiezo a comprar regalos como si se acabara el mundo. Bueno, no solo regalos. Me compré otro vestido. No sé qué me pasa con esta primavera que sigo comprando vestidos. Van a tener que esperar unos meses en casa antes de que pueda estrenarlos.

Ásterix es fundamental en la vida. Todo lo que aprendí leyendo Ásterix es cierto.
Debe haber un Tour Ásterix por Europa. Y si no hay, no sé qué están pensando las agencias de viajes. 

Ya lo dije, pero lo sostengo: confío plenamente en el pronóstico meteorológico. Traté de desafiarlo y planeé el sábado ir a Parc Güell a tomar sol y leer. Él sostenía que iba a estar feo, pero todos dicen que llueve poco en Barcelona. Diluvió por segunda vez desde que llegué. Estuvo horrible todo el día, aunque no frío. Eso fue para que vuelva a creer. Ahora anuncia en Granada un tiempo delicioso hasta el miércoles por lo menos, que es lo que estaré aquí. Y no traje paraguas. Vamos a ver si puedo sostener mi fe en alto.