viernes, 1 de abril de 2011

Lugar

Esta semana estuve pagando por tres habitaciones en distintos lugares del mundo. Tenía un cuarto en Bolonia, otro en Munich y otro en Buenos Aires a mi disposición. Me cargaron por potentada, claro. Y yo me impresioné un poco al darme cuenta, sí.
A veces sin planear del todo algunas cosas -digo: sin planear específicamente algunas cosas- van sucediendo y uno sabe que es así como tienen que ser, que todo va encajando, que era ese el camino.
Y a veces el camino, aunque no es rápido, es un poco vertiginoso.

Tres habitaciones para mí, tres casas para volver. Y, sin embargo, cuando sueño -como anoche mismo- con mi casa, con el hogar, como quieran llamarlo, sueño con la casa de mi infancia. Hay algo en ese pasillo, en la luz de la mañana por las ventanas, en esa pieza de techo altísimo, que sigue siendo mi lugar en el mundo.

1 comentario:

  1. qué precioso! me estoy deleitando a lo grande con tus entradas. Gracias!

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